los primeros dientes que echó siendo un crío.
Y cuando Zeus le completa por fin los segundos siete años,
la pubertad creciente ya empieza a mostrarse.
Y al septenio tercero, espigándose aún, se le cubre
de vello el mentón y cambia la flor de la piel.
Y al cuarto septenio es cuando tiene la fuerza más grande,
entre los hombres segura señal de valor.
Y el quinto es el tiempo en que el hombre debiera pensar
en casarse
y procurar obtener la descendencia de hijos.
Y al sexto madura la mente del hombre en todas las cosas
Y al séptimo tiene el juicio y el habla mejores, lo mismo
que al octavo, y así pasan catorce años.
Y al noveno, le queda poder, no obstante, es más débil,
mirando al perfecto valor, en lengua y prudencia.
Y al décimo, si alguien lo alcanza llega hasta el límite,
no vendrá antes de tiempo a buscarlo la Muerte."
Solón (c 600 a. C.)
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